Sufre cruel y amarga herida
de mi cuarto la ventana.
Por fuera parece sana
mas por dentro esta sin vida.
Mira la tele encendida
y su imaginación vana
vuela por tierra lejana
sin un marco que la mida.
No me es ajeno su mal,
al contrario, es muy normal
cuando la rutina ata.
Nuestro tiempo se ha llegado,
quiero estar aquí a su lado
a ver si el tedio nos mata.
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